Detalle del cruce o intersección de las 3 capillas que forman la Basílica Lateranense en Guadalajara, Jalisco.

Una de las parroquias más antiguas de Guadalajara, que inició como una Ermita al establecerse el nuevo pueblo de Analco, es la Basílica Lateranense. La mayor parte de su construcción es de la mitad del siglo XVII, quedando la construcción central dedicada a San Sebastián y flanqueada por dos capillas; siendo la primera dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe y la segunda, es la Capilla de El Calvario. La Capilla de San Sebastián ostenta fachada de piedra con remate en forma poligonal mixtilínea y perillones en las esquinas. En el atrio se encuentran restos de un Viacrucis en barro ingenuo y simple en colores sepia y negro, así como una cruz de piedra, que estuvo en San Francisco anteriormente. Al lado derecho se localiza la Capilla del Señor del Calvario, en cuyo interior predomina el Barroco Italiano; torciendo y dislocando columnas, frisos, frontones, arcadas y dinteles. La Capilla central es de tres naves que se encuentran cubiertas por techos planos, excepto el tramo del presbiterio, el cual tiene bóvedas de pañuelo con nervaduras, mostrando óculos ovoidales con vitrales. En el jardín adjunto se encuentran dos interesantes esculturas en bronce de héroes indígenas: una representa a Cuauhtémoc y la otra al valeroso guerrero Tenamaztli, caudillo de la tribu cazcana que combatió a los españoles invasores. A un costado del templo se encuentra el centro cultural “Patio de los Angeles”, de construcción moderna.

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